¿Es la capacidad innovadora una disposición genética o se puede desarrollar?

En innumerables ocasiones, observamos a personas que emprenden innovadores desafíos y son exitosos en ello, gracias a competencias y características que, a simple vista, parecen únicas. Pero, ¿es la capacidad de innovar acaso una semilla que viene inserta en nuestro ADN o, por el contrario, es algo que se puede desarrollar?